La historia silenciosa de Horowitz, Derby y Moffett publicado por Seix Barral, por Natalia Alonso

La historia silenciosa tiene varios de los ingredientes que en un principio podían echarme para atrás: la ciencia ficción como género (aunque enseguida nos damos cuenta de que es completamente verosímil aquello que se narra), que hubiera surgido de una aplicación móvil, (a estas alturas desconfío muy mucho de los productos creados o inventados en redes sociales, blogs y demás tecnologías ajenas al folio en blanco y la pluma), y que fuera una novela a tres manos. Un cóctel explosivo, como para salir corriendo, o sumergir el libro en una bañera.

Pero, ya que estamos en plan suicida, fueron sus más de 500 páginas lo que me decidió a leerlo. Si en los tiempos que corren alguien decide publicar un libro con esa extensión, o está muy loco, o cree firmemente en él y alguna miga tiene, como diría un lector de Proust. En cierta medida La historia silenciosa me recuerda al libro de Kazuo Ishiguro, Nunca me abandones, publicado por Anagrama hace algunos años. Se trata de historias de adolescentes que adolecen de algo, a unos les falta pasado, a otros el habla y a todos el futuro.

Es una novela fragmentada, donde los capítulos no son otra cosa que pequeñas anécdotas de los distintos personajes, cada uno narrado en primera persona. Es sorprendente cómo los autores han conseguido otorgar distintos tonos a una galería de protagonistas tan grande. Los personajes son tan dispares como las historias que se cuentan, y aunque en un principio pudiera parecer algo desarticulada, la trama pronto se entreteje y nos engancha. Los personajes van tomando el testigo unos de otros para hacer avanzar la historia a los largo de los años.

Es un libro a veces divertido, a veces triste, sin lugar a dudas irreverente, de alguna manera claustrofóbico, pero sobre todo muy entretenido. Entretenido en el mejor sentido de la palabra, no está plagado de historias hilarantes y tramas policíacas, simplemente es tan original en cuanto a fondo y forma que se lee de un tirón. Pero no queda ahí la cosa, eso sería simplificar lo que pretende y consigue la novela: concienciar en clave de “ciencia ficción” los problemas de la sociedad de hoy en día.

Una premisa tan sencilla como loca, como es el nacimiento de una generación de niños silenciosos, desencadena una serie de planteamientos morales y éticos en los distintos personajes: padres, hermanos, profesores, investigadores, artistas, políticos, seguidores de doctrinas “new age”, etc, donde lo importante no es cómo curar la extraña enfermedad, sino qué hacer con los que la sufren. La historia silenciosa es un experimento distópico al estilo de El planeta de los simios de Pierre Boulle, de Rebelión en la granja de George Orwell o la ya citada Nunca me abandones de Kazuo Ishiguro.

Lo curioso del libro es que los protagonistas reales de la historia son esas personas silenciosas, que salvo una excepción, jamás hablan (y no me refiero al sentido literal del verbo hablar), sino que sabemos lo que les sucede por boca de terceros.

Un libro multi perspectiva lejos de lo predecible, donde la tensión narrativa está muy conseguida en la manera de abrir y cerrar los capítulos como si fuesen pequeños cuentos. Una fábula futurista sobre el miedo a lo diferente. Una  novela fácil de leer, pero difícil de asimilar.

Si te gusta descubrir autores, profundizar en libros con poéticas diferentes y conocer gente con tu mismo interés por la literatura, echa un ojo al Club de lectura de Billar de letras, donde una vez al mes destripamos obras que consideramos imprescindibles.