Balance de la primera edición del taller de traducción literaria del inglés de la mano de Maite Fernández.
Es una alegría terminar el taller con un libro entre las manos, un libro que me enorgullece especialmente; me enorgullece por ser un texto magnífico de una de las mejores escritoras de su época, por estar ilustrado con una sensibilidad exquisita que suma una experiencia visual a la experiencia literaria y, por supuesto, por estar traducido con mimo y acierto por un extraordinario grupo de talleristas.
La presentación en La buena vida el pasado 25 de septiembre, en la que estuvieron Ronaldo Menéndez (Billar de Letras), José Antonio López (Traspiés), Clàudia de Puig (ilustradora), Jorge Freire (biógrafo de Edith Wharton) y yo misma, además de la mayor parte de los traductores, nos permitió compartir como colofón el resultado con nuestros amigos y disfrutar a posteriori de unas merecidas cañas.
Pasado el ajetreo, no quería pasar a la segunda edición del taller, sin hacer un breve balance de la experiencia con un taller que considero especialmente singular por tres razones:
La primera, por insertarse en una escuela de escritores y entroncar con una larga tradición de escritores-traductores, como Borges, Cortázar, Javier Marías, Eduardo Lago, Boris Vian, Marguerite Yourcenar, John Berger, etc., permitiendo así el encuentro entre personas de distinto bagaje y con puntos fuertes diversos que han enriquecido enormemente el trabajo del grupo.
La segunda, por haberse planteado como un lugar de encuentro en un trabajo caracterizado por la soledad. El traductor se enfrenta constantemente al reto de tomar decisiones lingüísticas, estilísticas y hermenéuticas como un francotirador, y no suele tener muchas posibilidades de compartir ni sus dudas nila felicidad que siente ante los hallazgos intelectuales o estéticos que su trabajo le depara. Durante el taller, en cambio, hablamos durante horas de nuestras dudas, intercambiamos información, colaboramos en la búsqueda de soluciones y, sobre todo, nos dejamos llevar por el entusiasmo y el apasionamiento.
La tercera, porque al final del taller no ha habido un examen, no ha habido calificaciones de 6 o de 8, sino un proyecto editorial. Eso nos ha obligado a poner el listón más alto, a no conformarnos con una traducción mediocre, a trabajar duro. La recompensa está clara: Almas vencidas, de Edith Wharton, publicado por Traspiés.
Ahora, tenemos un nuevo reto por delante: un taller más completo y un proyecto tan apasionante como el anterior: Winter Dreams, de F. Scott Fitzgerald.
Si estás interesado en participar de esta nueva aventura editorial, mándanos un email a info@billardeletras.com o llámanos al 91 532 40 64.
¡Te esperamos!