El Pentateuco de Isaac de Angel Wagenstein tiene una virtud difícil y fundamental: consigue narrar el horror con humor. La manera en que lo consigue es tan antigua como los orígenes mismos de la Literatura: mediante la oralidad. Su narrador y protagonista, a partir de su personalidad de fino humor e ingeniosos análisis, nos habla a los lectores. La novela se despliega como un enorme anecdotario de las peripecias a través de tres campos de concentración y dos guerras, y reímos casi todo el tiempo. Eso sí, con una profunda melancolía. Un protagonista inteligente, machacado por la historia, pero eternamente optimista, hace de esta obra la mejor compañera para tiempos difíciles.
Ha sido un gran descubrimiento. Tono cercano, creíble. Llena de contradicciones como la vida misma. Buscar el sentido al sin sentido? Nadie es bueno ni malo. Un placer su lectura. Humor para contar los horrores del género humano. Cercanía y calidez en ese pequeño pueblo que nos hace llegar hasta los grandes valores, que por otro lado se ponen en tela de juicio. Nos acerca al universo del mundo judio. Se crea una gran empatía con el que cuenta y con muchos de los personajes, principales o secundarios.
La recomiendo sin reservas.
Una magnífica elección esta propuesta de Billar de Letras.
Me han sorprendido y encantado el tono, el humor y la aparente facilidad de la novela aún tratando temas universales y en un tiempo histórico tan convulso.