Uno de sus peligros es que sea predecible, cursi, artificial o poco convincente. Piensa que el diálogo es la puesta en escena de ‘la voz’ de cada personaje. Y no hay atributo literario más importante, en cuanto al personaje, que su propia voz. Para que el lector entre y ‘sienta’ una escena de diálogo hay que conseguir que le resulte interesante o necesario lo que los personajes dicen, y además ser fiel a los atributos de dichos personajes. Los personajes no deben hablar como lo haría el autor, sino con voz propia, en relación con su propio mundo interior.
Conceptos claves: objetividad, subjetividad, naturalidad de la voz, atributo, personaje.
Ejercicio: Dos personajes están enamorados. Define para ti mismo a estos dos personajes en cuanto al aspecto y rasgos físicos. Y otórgales la siguiente condición interna: son inteligentes, nada cursis, e incluso algo cínicos. Sitúalos mentalmente en un espacio determinado (bar, discoteca, casa, biblioteca, oficina, parque…). Ahora: Escribe una escena de diálogo en que uno le declara su amor al otro, lo seduce y conquista. Pero: intenta no usar nunca las palabras ‘amor’, ‘enamorado’, ni ninguna palabra alusiva al tradicional vocabulario romántico.