Entrevista a María López González, traductora de Ruskin Bond por Natalia Alonso.
Siguiendo en la línea que avanzamos con la traductora de Modiano, Maria Teresa Gallego Urrutia, os traemos la entrevista con la traductora de Ruskin Bond, autor angloindio que publica Automática en España. Con ella hablamos de traducción, pero también de India y de su encuentro con el autor de Delhi no está lejos, novela que analizaremos en el Club de lectura, en su casa de los Himalayas.
Billar de letras (BdL): Antes de meternos de lleno en materia. Lanzamos un Taller de Traducción Literaria donde queremos mostrar no sólo los aspectos teóricos de la traducción, sino ponerlos en práctica traduciendo un relato de Edith Wharton ilustrado que publicará Ediciones Traspiés, ¿qué te parecen este tipo de iniciativas?
María López González (MLG): Me parece una buenísima iniciativa, muy necesaria en estos tiempos en los que la labor de ilustradores y traductores no es especialmente reconocida.
BdL: A tenor de esto, ¿Qué crees que tiene que tener un traductor literario?
MLG: Creo que un traductor literario tiene que ser un gran lector, un buen escritor y bastante intuitivo a la par que curioso y tenaz. Ahí queda.
BdL: Ahora sí. A la hora de enfrentarte a una traducción literaria, ¿Cuál es tu método? ¿Te estudias otras obras de ese autor en castellano en caso de estar traducidas? ¿Te lees otros de sus escritos en el idioma original?
MLG: La verdad es que el método lo fui creando sobre la marcha con Delhi no está lejos… Antes había traducido poemas sueltos, pero, sobre todo, traducciones de artículos de viajes o sobre la cultura india para varias revistas del Consejo Indio de Relaciones Culturales y para la Universidad Jawaharlal Nehru, en la que trabajaba como lectora de español. Cuando empecé a pensar en volverme para España es cuando me plantee el proyecto de la traducción. Cuando tuve un par de capítulos los empecé a enviar a algunas editoriales y, finalmente, Automática Editorial se interesó por la novela y encontré mi primer trabajo de vuelta en Madrid.
En el caso de Ruskin Bond había leído muchas de sus obras antes de empezar la traducción. Por mi segundo cumpleaños en Delhi me regalaron una edición de Penguin de sus obras completas en inglés y, aparte de las novelas que he traducido, me llamaron mucho la atención sus cuentos de fantasmas y todos los relatos ambientados en los pueblos de las montañas.Es un autor con un estilo muy marcado, algo diferente en los cuentos infantiles y juveniles y en sus novelas para adultos. A mí la que más me gusta, con mucha diferencia, es la de Delhi no está lejos.
La única obra traducida al español de Ruskin Bond era El camino del bazar, un libro de relatos destinado a un público juvenil y ya descatalogada, editada por Barco de Vapor en los años 80 y que me regaló el propio autor cuando fui a visitarlo. Según él, nunca podría leerlo.
BdL: Nos decías que antes de Delhi no está lejos habías traducido algún poema y artículos de viajes, ¿es muy diferente enfrentarte a una novela?, ¿o la poesía como pudiera parecer se hace hace más difícil? ¿en qué sentido?
MLG: Sí, desde luego que es muy diferente pero, para mí, es mucho más estimulante traducir una novela o un poema que un artículo de viajes o las instrucciones de un aparato a pilas. En el caso de Ruskin Bond, además, fui yo la que elegí traducirlo, lo cual facilita la tarea y reduce la frustración a la hora de enfrentarse a dificultades puntuales. Delhi no está lejos es además una novela muy lírica, con lo que hay que tener en cuenta muchos más planos además del meramente lingüístico.
BdL: ¿Notaste muchas diferencias entre el inglés de Ruskin Bond, autor anglo-indio y un escritor anglosajón? ¿Cuáles?
MLG: El inglés indio es muy correcto y bastante anticuado para el lector actual. Como yo ya llevaba mucho tiempo viviendo en Delhi estaba acostumbrada, pero al llegar allí se me hizo muy difícil acostumbrarme a algunos giros del tipo “My good name is…” muy desfasados en el inglés actual. Además tiene algunas expresiones del hindi y del urdu entremezcladas en la traducción, así como palabras referidas a conceptos u objetos de uso diario en la India en la que se ambientan sus novelas (comidas, castas, apelativos familiares, formas de tratamiento, etc. )
BdL: En el prólogo de Delhi no está lejos cuentas tu encuentro con el autor, vivir en India te ayudó a la hora de traducir ciertas palabras propias de su cultura. ¿Tradujiste el libro estando allí?
MLG: Empecé a traducirlo en mi último año de estancia en Delhi, tres después de haber conocido al autor y su obra. Mi experiencia de cinco años viviendo allí me ayudó a entender el contexto cultural, social e incluso religioso sin el cual sería muy difícil traducir estas dos obras. Más de una vez he tenido que pedir ayuda a mis amigos indios porque mi escaso conocimiento del hindi y mi total ignorancia de algunos términos (como por ejemplo los de juegos indios) me dificultaban la comprensión exacta de algunos conceptos.
BdL: Una pregunta obligada que no tiene que ver con el proceso de traducción en sí mismo, ¿cómo es Ruskin Bond?, ¿se mostró colaborador?
MLG: Ruskin Bond es un tipo muy peculiar, terriblemente simpático y divertido, pero algo desconfiado al principio. Creo que le tienes que caer bien o interesarle por alguna razón para poder disfrutar de su tiempo, que confiesa gozar perdiendo…
Fue Ruskin Bond el que me sugirió traducirlo. Yo fui a verlo a su casa en Landour, en las estribaciones de los Himalayas y, en el transcurso de la conversación le confesé mi fascinación con la novela Delhi no está lejos. Él me dijo que era la novela que más se había traducido de todas las suyas pero no en español y, después de un buen rato de conversación y un té con un bizcocho de frutas casero, me animó a que lo hiciera yo.
BdL: ¿Se dio ese encuentro antes de saber que le traducirías o fue una visita ex profeso para conocer de cerca al autor?
MLG: Sí, como decía antes conocí a Ruskin Bond antes de traducirlo. Lo sorprendente es que fue él mismo me lo sugirió. Lo que sí supe al leerme la novela de Delhi no está lejos es que era una verdadera joya literaria. Me la regaló un amigo antes de irme de viaje a Mussouri, una ciudad de montaña, antigua zona de recreo de los ingleses, y me dijo que el escritor recibía a sus lectores los sábados por la mañana en la librería del pueblo. Lo cuento en el prólogo del libro.
BdL: ¿Te fue necesario consultarle algo al autor a medida que le ibas traduciendo?
MLG: Consulté más a mis amigos. Ruskin Bond vive en un lugar bastante recluido del mundo literario y de los medios de comunicación modernos. No tiene ordenador y no suele responder las cartas, no porque no sea colaborador, sino por pura pereza como él mismo confiesa sin ambages, aduciendo además su edad. La única manera de consultarle algo es por teléfono, pero ni siquiera esa es fiable; la última vez que lo llamé para anunciarle que iba a salir Un cuarto en la azotea, su segunda novela en español, la conexión era terrible debido a que la noche anterior una tormenta monzónica había trastocado bastante el sistema de comunicaciones en la región.
BdL: Un Cuarto en la azotea, novela que hemos reseñado en Billar de letras, es una obra de iniciación mientras que en Delhi no está lejos se nota claramente el oficio de escritor. ¿Alguna te supuso más problemas al ser traducida que la otra?
MLG: Traduje primero Delhi no está lejos que fue la obra que me descubrió a Ruskin Bond y cuya lectura todavía no ha sido superada por ninguna otra de su autor. Su simbolismo y su falta de pretensiones, su lirismo y su hiperrealismo, su complejidad, su sencillez, me parecieron insuperables, igual que el efecto que producen las primeras lecturas intensas de la adolescencia. Es un libro muy revelador. Por esa razón, cuando empecé a traducir Un cuarto en la azotea me resultó enormemente complicado reproducir la inocencia, la simpleza del mensaje literal, la sencillez de la estructura a veces repetitiva, tal y como es la escritura de los adolescentes. Me costó desligarme del tono del narrador de Delhi, más curtido por la experiencia de la vida, más escéptico.
BdL: Las voces de los protagonistas de Un Cuarto en la azotea y de Delhi no está lejos tienen sus matices, se diferencias claramente entre sí. A la hora de abordar la traducción de Delhi no está lejos, ¿te fue complicado desligarte del tono marcado se su primer libro?
MLG: El proceso fue más bien a la inversa. Con Delhi tenía un vínculo más personal, empecé a traducirlo en la India, mientras que con Un cuarto en la azotea sufrí los rigores del invierno londinense, de manera parecida a Ruskin Bond que, cuando la escribió a los diecisiete años, vivía muerto de nostalgia por la India que acababa de dejar. También disfruté mucho traduciéndola, sobre todo las horas pasadas en la National Library que es un remanso en el centro de Londres, ciudad sobrevalorada donde las haya, y siempre está llena de gente, pero tardé en cogerle el punto más que a la primera.
BdL: Relacionado con esto último, ¿dirías que facilita las cosas a la hora de traducir el estar residiendo en el país de donde es el autor? ¿o quizás tomar distancia te hace ver ciertas cosas con más claridad?
MLG: No sabría decirte. Supongo que a mí me han venido bien ambas cosas: conocer el meollo de la cuestión y también poder digerirlo en la distancia. Desde luego que facilita las cosas, pero no creo que sea imprescindible. Nada que no pueda solucionar una buena investigación previa, supongo, aunque… En el caso de la cultura india los códigos son tan distintos, hay tantas cosas que se nos escapan a los occidentales a simple vista, y tan pocas obras indias en inglés traducidas al español que pudieran servir de referencia, que sería conveniente conocer el país en su contexto para poder hacer un buen trabajo.
BdL: ¿Estás traduciendo alguna novela en estos momentos?
MLG: Ahora mismo estoy traduciendo los subtítulos para un cortometraje y la verdad es que con mi trabajo de profesora en un instituto no me da tiempo para mucho más. Pero en verano volveré con Ruskin Bond.
BdL: Si pudieras elegir un autor al que traducir, ¿a cuál elegirías y por qué?
MLG: Me gustaría traducir a otros autores indios que escriben en inglés. Algunas obras de Khushwant Singh, un autor con un sentido del humor muy indio, muy escatológico, fallecido recientemente. Por otro lado la India, a diferencia de la vieja Europa, sí se mueve y evoluciona, y el panorama literario en Delhi, donde viajan muchos escritores de todas las partes del mundo, es bastante activo en estos momentos. Hay mucho, y muy bueno, por descubrir entre las nuevas generaciones de escritores indios, pakistaníes y bangladesís que escriben en inglés. También poetas nepalíes, tibetanos en el exilio… Es un campo por descubrir, relativamente virgen y muy interesante. (Ya te contaré más cuando vuelva de la India en enero…)
Si te interesa el mundo de la traducción literaria, te proponemos nuestro Taller de Traducción Literaria donde, debido al éxito de la edición anterior que culminó con la traducción y publicación de un cuento de Almas vencidas de Edith Wharton; este año continuamos con una nueva edición que nos llevará desde los fundamentos teóricos del arte de traducir literatura, hasta la traducción de un cuento de Francis Scott Fitzgerald, que será publicada por EdicionesTraspiés. Para información sobre el programa precios y horarios, pincha aquí.
Si, por otro lado, quieres profundizar en la obra de Ruskin Bond y otros autores contemporáneos, únete a nuestro Club de lectura exclusivo donde suelen acompañarnos los autores, editores o traductores de los libros que analizamos.
Me ha encantado la entrevista, desconozco el mundo editorial y también el de traductores, pero creo que su labor es poco reconocida, a veces, por los lectores. Yo personalmente encuentro que una buena traducción-adaptación es algo muy valioso para el lector porque debe transmitir en otra lengua, y muchas veces en otro espacio de tiempo, la misma idea original del autor. Es lo mismo que el buen restaurador de una obra plástica, debe restaurar, sacar el valor pictórico de la obra original, sin parchear y sin inventar, restaurar, fijar y conservar. Gracias María por tu buen trabajo
Gracias Virginia por tu comentario. Completamente de acuerdo. De ahí que potenciemos desde Billar de letras mucho el trabajo del traductor, con entrevistas, ejercicios para futuros traductores y por supuesto nuestro Taller de Traducción Literaria.
Hola soy una alumna de María .
Me gusta mucho la entrevista.
¡¡¡¡¡MARIA SIGUE ASÍ , TODOS TE APOYAMOS!!!!
¡¡¡¡TE QUEREMOS MUCHO!!!!
¡Magnífica entrevista! ¡Enhorabuena!
Sigue así…
Me gusta tu faceta de entrevistadora Natalia. Te imagino con tu tono de voz y tu forma de gesticular.
Dura y mal valorada la labor de traducción. Demasiados idiomas en el mundo, millones de escritores desde la antigüedad hasta el día de hoy ¿qué sería de los lectores si alguien no velase por ellos? Gracias a su labor, cada vez más profesional podemos acceder a la letra escrita, y disfrutar, en el caso de la literatura de obras como esta de la que hablamos: Delhi no esta lejos. «Su simbolismo y su falta de pretensiones, su lirismo y su hiperrealismo, su complejidad, su sencillez, me parecieron insuperables. Es un libro muy revelador» según la traductora (copio y parafraseo sus palabras) los códigos de la cultura india son tan distintos que hacen que demasiadas cosas se escapen a los occidentales. Todas estas contradicciones y los matices que Maria López González aporta, convierten a Delhi en un libro delicioso.