Decálogo para empezar a escribir una novela/ Por Ronaldo Menéndez
1- Lo importante es arrancar, pero no solo eso. Elige bien el tema, porque cada tema contiene su propia extensión. Lo primero que debe aprender un novelista es a intuir si aquello que quiere narrar es más apropiado para una novela o para un relato. Si parece que puede valer para ambos, probablemente no valga para ninguno.
2- ¿Cómo sé si mi tema es idóneo para una novela? Muy sencillo: si demanda el trabajo con tres cuestiones: 1) La necesidad de desarrollar la vida interna de los personajes, 2) La necesidad de sugerir en el lector la idea del paso del tiempo, 3) La presencia no solo de una trama principal, sino de un sistema de subtramas, por leves que sean.
3- No hay que subestimar el café o el té, pero el mejor estimulante es tu propio arranque. Si te aburre releer el inicio de tu propia novela, empieza otra vez. Un buen arranque estimula a seguir escribiendo, y si consigues veinte buenas primeras páginas, como dijo Confucio, ya tienes más de la mitad el recorrido anímico.
4- Escribe todos (o casi todos) los días, por poco que sea o aunque no salga del todo bien. Una de las claves del milagro de la novela es la constancia, que permite sostener el hilo narrativo.
5- Una novela se escribe a lo largo de mucho tiempo, es posible convivir con nuestra novela un año o más: debes ser consciente de que las lecturas que hagas durante este tiempo, suelen influir en tu propio estilo, y es peligroso que la novela se vaya pareciendo, por partes, a muchas otras.
6- Una novela se trabaja ‘por capas’, como se pinta un óleo. Eso quiere decir que muchas cosas son provisionales, que se puede trabajar por fragmentos aislados, y que el borrador final requiere de reposo y relecturas. Si no te gusta el mar, no subas a un velero para cruzar un océano. Si no te gusta corregir, no abordes la escritura de una novela.
7- No hagas caso de ninguno de los consejos anteriores, y encuentra tu propio método. Toda novela es como enamorarse: aunque dicen que hay fórmulas, cada cual inventa la suya propia.
8- Elige cuidadosamente el punto de vista narrativo, porque ello determinará el tono y la información que das al lector en cada etapa. Tengo un método práctico muy simple: si empiezo narrando intuitivamente en tercera persona, enseguida trato de narrar (o imaginar) lo mismo en primera persona. O viceversa.
9- Cuida la concreción y fuerza de tus personajes secundarios: una buena novela se caracteriza por un despliegue vívido de todos sus personajes.
10- Cuando esté cerca el final, y puedas imaginarlo, ralentiza la marcha de la escritura: uno de los pecados capitales del novelista es el final precipitado o que se desmorona. El antídoto contra la ansiedad de acabar es una mezcla de cautela y firmeza a partes iguales.
Si quieres trabajar en una novela o libro de relatos, con el complemento de clases teóricas y un seguimiento por parte de un tutor, revisa nuestros Curso de Novela , y Proyectos Narrativos. Si quieres una tutoría integral a distancia, o una corrección literaria con orientación editorial, también tenemos dichos formatos, todo en nuestra web billardeletras.com
Para más información y reserva de plazas, mándanos un email a info@billardeletras.com o llámanos al 91 532 40 64.