Prestigio de Rachel Cusk publicado por Libros del Asteroide por Ángeles Sánchez Domínguez
La excusa de la que se parte para ‘justificar’ la necesidad de un texto así es: una autora-narradora-testigo acude a un festival literario donde se la solicita, a fin de participar en unas charlas y entrevistas que nunca llegarán a materializarse. La voz narrativa va dando voz, sucesiva y alternativamente a personajes que se sueltan a hablar de sí mismos, sin nunca atar cabos y se hacen planteamientos que flotan invariablemente en el aire, como en una especie de pregunta extendida o una continua divagación, interesantes a veces, aunque a medida que avanza la novela no parece que vayan a conducir a ninguna parte.
Se construye un murmullo textual que arrulla como si fuera el suave sonido de las olas.
Novela filosófica, de ideas, metaliteraria. Habla desde el yo sirviéndose del artificio de dar la voz a otros, dejando ver que es posible teorizar sobre todo tipo de temas y expresar rabia, deseos, frustración u opiniones políticamente incorrectas sin la necesidad de tener que situarse frente al rotundo primer plano, donde las costuras ya no se podrían ocultar.
Utiliza un lenguaje muy rico y preciso en las breves descripciones que actúan como transición o nexo descriptivo en el desplazamiento del discurso de una a otra voz.
No hay capítulos; después de cada descripción, la voz narrativa introduce de lleno al lector, sin preámbulos, en la intervención de un personaje que dice y dice y muestra aspectos de su experiencia a través de detalles sutiles y vívidos. No hay acción como tal, excepto en el nexo descriptivo del desplazamiento del discurso de uno a otro personaje que coincide con el desarrollo de los actos del festival literario. Pero el ritmo no decae. Se trata de un continuo de digresión, con estilo de diálogo indirecto.
Hay momentos emocionales como el relato de la muerte del perro y de la hija cuyo padre, pasajero del avión que viaja a reunirse con su familia extraviada, la describe como ‘temor a que se convirtiera en un experimento fallido’ por su excesiva sensibilidad acústica a lo falso. Al final, el hombre desnudo, oscuro, potente y lascivo que mea en el mar con un poderoso chorro real entre el murmullo de las olas, intimida o erotiza o contribuye a que la mujer de las mil voces ponga punto final al supradiscurso. Y descanse.
Los personajes, ensimismados, hablan de sus relaciones personales de pareja: matrimonios fallidos, hijos, maternidad, feminismo, aburrimiento, justicia, honestidad, repetición, y cada vez más, van tocando temas como la falsedad en el discurso, la necesidad o no de leer, el prestigio de la literatura, de los premios y los festivales literarios, la valoración de una obra literaria por su reconocimiento externo, el papel de la edición…
Pág. 94 “seguía teniendo la sensación de que el intento de convertir en asunto público lo que era un pasatiempo privado –leer y escribir-, estaba generando una literatura propia, en el sentido de que muchos de los escritores invitados destacaban en sus apariciones públicas, pero producían obras que, en su opinión, eran bastante mediocres”.
El resultado de la obra es lo opuesto a mediocre. Cusk esculpe un gran y nuevo peldaño en la historia de la novela, resultando su empeño en un inteligente artificio que viene a refrendar y refutar al mismo tiempo, la egolatría y las veleidades literarias.
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