Desde que comenzó su andadura, Automática se ha caracterizado por un catálogo especialmente cuidado, pero también variado, en el que hay autores contemporáneos y clásicos, españoles, rusos, chinos, anglosajones y también de otras muchas nacionalidades. Hablamos con Darío Ochoa de Chinchetru sobre traducción literaria.
Billar de letras (BdL): ¿Tenéis algún criterio en cuanto al porcentaje de traducciones que publicáis?
Darío Ochoa de Chinchetru: Casi la todos los textos de Automática son traducciones (a excepción de un único título: “La torre herida por el rayo” de Fernando Arrabal). Esto no responde a una decisión consciente, es más bien el reflejo de lo que leemos, que por lo general suele ser narrativa extranjera.
BdL: ¿Cuáles son las lenguas de las que más traducís?
Darío Ochoa de Chinchetru: La mitad de los títulos de Automática son traducciones del Ruso; la rusa es una literatura por la que sentimos una especial debilidad. Le siguen las traducciones del ingles, pero en nuestro catálogo conviven obras traducidas del chino, búlgaro, francés, polaco, etc.
BdL: Para un traductor literario en ciernes, la pregunta clave es cómo conseguir el primer encargo. ¿Podrías explicarnos cómo seleccionáis a vuestros traductores? ¿Recibís currículos? ¿Alguna vez habéis llamado a un traductor que os haya enviado su currículo, pero del que no tuvierais referencias?
Darío Ochoa de Chinchetru: La verdad es que para nosotros es muy importante conocer el trabajo de los traductores. Desde los inicios de la editorial casi siempre hemos trabajado con traductores ya veteranos de quienes habíamos leído alguna traducción. En los contados casos en que hemos colaborado con gente nueva, hemos pedido una prueba. También es importante que alguien venga recomendado por otro editor. Las editoriales independientes estamos en contacto unas con otras.
BdL: Antes de encargar un trabajo a un traductor ¿leéis otras traducciones suyas? ¿o le pedís que haga una prueba? ¿cómo suele ser esa prueba?
Darío Ochoa de Chinchetru: Generalmente solemos leer traducciones previas y, de pedir una prueba, esta suele ser un capítulo o dos de la obra en cuestión.
BdL: Aparte de las referencias, el currículum o la prueba ¿tomáis alguna otra medida para aseguraros de que la traducción que recibís es buena? ¿Alguna vez habéis pedido a un traductor que os entregara unas primeras páginas, antes de encargarle la totalidad del libro?
Darío Ochoa de Chinchetru: Como he respondido antes, de pedir una prueba, esta suele ser un capítulo o dos de la obra en cuestión.
BdL: Cuando recibís una traducción, ¿la enviáis a un corrector? ¿le enviáis también al corrector el texto original para que pueda consultarlo en caso de duda? ¿ponéis al corrector en contacto con el traductor? ¿en qué medida interviene el editor?
Darío Ochoa de Chinchetru: Sí, siempre pasa por varios procesos de corrección, internos y externos. Cualquier posible cambio se consensua con el traductor. Como editores participamos en la corrección y discutimos los eventuales cambios con el traductor hasta llegar a una versión definitiva.
BdL: ¿Alguna vez has tenido la sensación de que varios libros de distintos autores que has encargado a un mismo traductor suenan igual?
Darío Ochoa de Chinchetru: Solemos trabajar con los mismos traductores y nunca nos ha sucedido.
BdL: Y al revés, ¿alguna vez has encargado traducir un texto que ya se había traducido anteriormente y has tenido la impresión de que se ha convertido en un texto nuevo, de que realmente hacía falta esa nueva traducción?
Darío Ochoa de Chinchetru: Esta situación sí que la hemos vivido más de una vez; bien porque las traducciones preexistentes eran tan antiguas que necesitaban una actualización urgente, bien porque determinados pasajes habían sido directamente eliminados para que la obra pudiera ser publicada conforme a las “leyes del decoro” de la España de la época.
BdL: El traductor literario suele llegar a identificarse de manera inusual con el autor del libro que traduce. Además, al traductor pueden surgirle dudas que solo el autor le pueda aclarar. ¿Os piden los traductores a menudo que les pongáis en contacto con los autores?
Darío Ochoa de Chinchetru: Siempre que podemos lo hacemos.
BdL: Aparte de las tarifas, por las que no vamos a preguntar, ¿pagáis derechos de autor al traductor? ¿qué porcentaje?
Darío Ochoa de Chinchetru: Sí, por contrato los traductores con los que trabajamos reciben el pago como adelanto a cuenta de unos royalties de alrededor del 2% (1,5%, 3%, dependiendo de si la obra está o no libre de derechos).
BdL: Siempre he tenido curiosidad por saber por qué los libros originales y los traducidos tienen precios similares. ¿Podrías explicarnos cómo se integra el precio de la traducción en el precio de producción del libro?
Darío Ochoa de Chinchetru: Estupenda pregunta. No tengo la menor idea y es algo que a mi me sorprende también ya que el coste de traducción es prácticamente el 40% del coste total del libro. A eso hay que sumar la Impresión (el otro gran gasto), derechos, diseño y corrección. En nuestro caso, el único libro que no ha sido traducido de entre los que hemos publicado es comparativamente mucho más barato que el resto.
BdL: ¿Puedes contarnos algún caso de un libro cuyo original consideres bueno y cuya traducción crees que ha echado a perder el texto?
Darío Ochoa de Chinchetru: Pues me he topado con bastantes casos pero preferiría no enumerarlos aquí. Lo que sí quisiera decir es que una traducción nefasta puede destruir a un buen autor en un país.
BdL: En las carátulas de los discos, aparte del compositor, siempre ha figurado el nombre del intérprete o la orquesta, ¿creéis que el nombre del traductor debería figurar en la portada del libro?
Darío Ochoa de Chinchetru: No me parece en absoluto una mala idea. Nosotros no lo hacemos porque así se decidió inicialmente cuando se determinó el diseño editorial, pero tal vez sea el momento de replanteárselo, más aún cuando en Automática es tan importante la labor del traductor.
BdL: Y en las solapas, ¿creéis que sería conveniente incluir una brevísima biografía del traductor, para que el lector que tiene que elegir entre dos versiones no se guíe solo por el precio de cada edición, sino también por la fiabilidad de la traducción?
Darío Ochoa de Chinchetru: Supongo que no es una mala idea.
BdL: ¿Puedes decirnos los nombres de tres de tus traductores favoritos? ¿Qué es lo que más valoras de cada uno de ellos?
Darío Ochoa de Chinchetru: Empezaré por decir que los tres son magníficos traductores y que de cada uno de ellos destacaría infinidad de cualidades como la seriedad, el talento al escribir, etc.
Fernando Otero Macías (traductor del ruso y del polaco). Realiza siempre un trabajo excepcional y entrega textos que podrían ir directamente a imprenta.
Enrique Maldonado Roldán (traductor del inglés). Un todoterreno al que he visto enfrentarse a algunos de los texto más difíciles y bordarlo.
Belén Cuadra Mora (traductora del chino). Sus traducciones son pequeñas obras de arte.
BdL: ¿A cualquiera de ellos le encargarías la traducción de cualquier novela, o crees que tienen dotes especiales para cierto tipo de escritura?
Darío Ochoa de Chinchetru: No tendría el menor reparo en encargar cualquier texto a alguno de ellos.
BdL: En general, ¿qué es lo que más valoras de un traductor literario?
Darío Ochoa de Chinchetru: Lo ideal es que el texto fluya con naturalidad, como si hubiera sido escrito en español. En sí mismo eso ahorra muchísimo trabajo posterior.
BdL: ¿Crees que la calidad de las traducciones literarias es buena en España?
Darío Ochoa de Chinchetru: Creo que tenemos un muy buen nivel de traducción.
BdL: ¿Qué crees que se podría hacer para que fuera aún mejor?
Darío Ochoa de Chinchetru: Creo que la profesión de traductor es particularmente compleja. Las tarifas no son las mejores, existe un alto nivel de inseguridad, los encargos no son constantes, los editores presionan en muchas ocasiones con los plazos, etc.
En fin, creo que para que la situación de la traducción literaria en España mejorase habría que mejorar también las condiciones de los propios traductores.
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